¿Nuevo en Tibia?¡Leeme!

Bien, este blog esta dedicado a narrar una serie de aventuras en forma de novela digital, la cual esta ambientada en el maravilloso e impresionante universo de Tibia creado por Cipsoft a finales de los noventa.
Asi que es aconsejable que primero echeis un vistado a la historia de Tbia...Si quereis, claro, pero os lo advierto, no entendereis muchas cosas si no lo haceis...Mawahahahaha!!!!!

Y tras este ataque de locura totalmente repentino y casual, podeis pasar a leer.
¡Disfrutadlo y perdonad la falta de tildes!

Tambien podeis seguirla en la version para foro, posteada en tibiahispano, donde si poseeis una cuenta(la cual podeis crear de forma gratuita)podreis comentar que os ha parecido.

Nota:En la columna derecha puedes ver la lista completa de capitulos.

sábado, 7 de agosto de 2010

Capitulo I

"Hoy en día los héroes no se forjan en las batallas. Ya no recibirás gloria por tu espada. No seras agasajado por tu valía en combate. Tu nombre no sera una leyenda por salvar a la humanidad.
Hoy solo seras uno mas, y nunca, nunca lucharas por honor ni gloria.
Solo lucharas por sobrevivir, nacerás para morir, y el fin sera tu mayor recompensa."
-Ultimas palabras de Tibianus III

La lluvia calaba la ciudad. Era una de esas lluvias que nunca desaparecían, una ducha de pobreza sobre la desgracia ya asentada en aquel lugar. Antaño, allí había brillado el sol, pero aquello se tenia como una leyenda, algo que las madres contaban a sus hijos antes dormir. A nadie le importaba ya. El hambre era una prioridad antes que la fantasía y los sueños. Ya nadie abandonaba la ciudad en busca de fama y poder. Hoy nadie vive. Todo el mundo espera.

Un rostro decorado por una desproporcionada cantidad de arrugas y cicatrices miraba a través de un cristal, el cual producía una monótona melodía al hacer frente al agua. Un rayo surcó el cielo, como si fuera la espada de alguien que intenta luchar contra esa decadencia. Pero como siempre, fracasa. El breve segundo en el que el relámpago lo ilumino todo, el hombre pudo ver en un primer plano su reflejo en la ventana. Llevaba puesta una corona adornada por brillantes, engarzados por los mejores joyeros enanos. Mas abajo, su rostro. Parecía haber contemplado el ir y venir de civilizaciones enteras. No había esperanza en aquel rostro, ni muestras de jubilo. Una barba que se extendía hasta su pecho, ostentosamente adornado, como el resto de su cuerpo.
El rey Tibianus III se giro sobre si mismo. Se encontraba en una estancia de naturaleza oscura, iluminada por varias lamparas de aceite. En el otro extremo de la habitación había una mujer rodeada por otras tantas. Esta gritaba desesperada por el dolor al que se enfrentaba. Se encontraba tumbada en un camastro, con la cabeza apoyada en varios almohadones. Dos mujeres le mantenían las piernas abiertas mientras esta mordía una correa de cuero.
Otro hombre entro en la habitación. Vestía un chaleco rojo y unas grebas plateadas. Lanzo una rápida mirada a Tibianus, que se encontraba de nuevo mirando a través de la ventana. Sin mas demora, le entrego una botella a una de las mujeres que estaban de pie rodeando el camastro. Intercambiaron unas breves palabras que el rey no pudo distinguir y salio del cuarto.
-Bebe, te encontraras mejor-Dijo una.
-Si, pronto podrás dormir y...-La comadrona se dio la vuelta para llamar a su señor-¡Ya llega!
Pero este no se movió de su sitio. Ya había pasado por esto mas de una vez, y no tenia ninguna esperanza de que esta fuese distinto. La suerte nunca lo había acompañado.¿Por que debería ser distinto ahora?

Momentos después, un bebé era arropado en unas suaves mantas. Una ayudante de la comadrona se dirigió hacia la imponente figura del rey. En realidad todas le temían. En realidad, todo el mundo le temía. Tibianus III había nacido durante la decadencia del imperio, y su padre murió joven. Criado en palacio hasta la temprana edad de los quince años, cuando desapareció. Siempre había odiado todo lo que le rodeaba, y mas cuando su padre falleció. Se cuenta que se embarcó en las mas arriesgadas aventuras y que conoció a los mas temidos heroes. Se dice que incluso combatió al frente de una veintena de hombres y salvo Edron de su inminente caída, pero nadie lo sabe a ciencia cierta, pues nunca se rodeaba de gente. Entonces, cuando Thais y Tibia, sin gobernante alguno fueron tomadas por El Caudillo, el entró en palacio sin previo aviso y asesino al tirano. Retiro su cuerpo y se sento en el trono, todavia manchado de sangre. Ningún guardia que custodiaba el salón se atrevió a levantar la voz. La tradición oral dice que El Oráculo le habló, y avisó de la inminente caída de sus dominios. Entonces volvió y recupero lo que era suyo. Nunca mas seria visto fuera de su morada.
La mujer salió de sus pensamientos cuando se acerco a Tibianus.
-Mi señor...
-Si es otra mujer, mátala. Ahorrale el sufrimiento que se ha adueñado de todas sus hermanas.
-Pero...es un varón.
Tibianus se dio la vuelta y contemplo al niño que le ofrecía su sierva.
-Retiraos todas. Quiero estar a solas con mi hijo.

Dos horas después, Bozo, el bufón y emisario del rey fue llamado ante su señor. Abrió la puerta de la sala con un espantoso cuidado. No sabia que había pasado, pues ninguna de las mujeres que habían estado presentes ante el nacimiento del heredero de Tibianus III había abierto la boca, obedeciendo a su señor.
-Pasa, Bozo, viejo amigo.
¿Amigo?Su señor siempre lo había tratado como a uno mas...Era cierto que el bufón lo había visto crecer, y contemplo su ascensión a rey de Tibia, y también habló una vez con su padre. Si, si Tibianus tenia algún amigo, ese era Bozo. El único que le había arrancado una sonrisa una vez. La única vez que se decía que Tibianus había sonreído.
-¿Desea algo señor?-Tibianus estaba de pie, frente a la única ventana de la estancia con su hijo en brazos.
-Comunica a toda la ciudad, y haz llegar a todos los rincones de mis dominios, y a los de otros reyes o reinas, que el trono de Thais tiene un heredero.-Bozo comenzo a dar saltitos. Cuando estaba muy alegre o muy impresionado siempre lo hacia. Aquello le habia acarreado mas de un problema, pero esta vez podria pasar.
-¿Un heredero?¡Eso es fabuloso, mi señor!¡ Fabuloso!¡Sorprendente!¡Maravilloso!
-Bozo-Le corto su señor sin levantar la cabeza de su hijo.-Ya.
-¡Como ordeneis, señor!¡Como ordeneis!
Y se marcho de la sala dando alegres brincos en el suelo. Aquel nacimiento era sin duda el mas esperado en muchos años. Para ser exactos, desde que Tibianus tuvo a su tercera hija. Todo el mundo sospechaba de que Tibianus no era capaz de concevir varones, puesto que una bruja lo habia maldecido. Pero hoy por fin se terminaria el problema. Si Tibianus moria sin dejar heredero alguno, la nobleza se disputaria el trono, y aquello solo podria terminar con el imperio de Tibia. Si, aquel era el nacimiento que todos los vasallos de Tibianus habian esperado.


Una porcion del techo mal ajustada se derrumbo sobre la tierra que constituia el suelo de un improvisado refugio. El agua encharco la pequeña estancia con una asombrosa velocidad. Las mujeres reunidas en aquella sala sollozaban mientras asistian a su madre. Sus cuatro hijas mayores se miraban preocupadas entre ellas, mientras las mas pequeñas lloraban sin parar, emitiendo un penoso coro de voces asustadas.
-Emilda...-Susurro una mujer a su madre-No te preocupes...Saldremos adelante, ya lo veras.

Momentos despues la mujer fallecia. Previamente, habia dado luz a un niño que habia sido envuelto en trapos y abandonado en un rincon. Ya nadie gritaba. Ya nadie suplicaba. Solo lloraban en silencio, observando el cadaver de su difunta madre. En ese instante, un hombre entro en la choza acompañado por una niña de no mas de diez años. Contemplo el panorama, mientras la pequeña se lanzaba a los brazos de una de sus hermanas.
-¿Esta muerta, verdad?-No fue respondido. Se dirigio a zancadas hacia su hija mayor y le solto una bofetada, derrumbandola en el suelo-¡¿Donde esta ?!-Grito con los ojos bañados en lagrimas. Una mano temblorosa señalo hacia una esquina de la habitacion. Su padre se acerco al lugar y agarro por el cuello al recien nacido.-¡Tu!¡Tu has sido el origen de todo esto!-Le reprocho dando una brazada hacia atras con la mano que le quedaba libre-¡Maldito seas, bastardo!-Y lo lanzo al suelo escupiendole en la cara.
Una de las mujeres se acerco a el, pero fue empujada para dejar el paso libre a su progenitor.
Aquel debia de ser el nacimiento menos deseado que la historia hubiese presenciado.

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