Capitulo II

La multitud abarrotaba las calles. Parecia que toda la ciudad se habia vestido con sus mejores ropas y habia dejado de lado sus obligaciones, como si todo se arreglase con el nacimiento del nuevo rey.

A Tibianus todo aquello le repugnaba. Los observaba desde lo alto de su torre, con los brazos cruzados a la espalda y la mirada fija en la la plaza de la ciudad.. En un instante, se dio la vuelta y se sento en su tono con aire sombrio.
-¡Bozo!-Exclamo llamando a su sirviente.
Este se acerco temeroso.
-¿Si, mi señor?-Pregunto con una voz cargada de desconfianza.
-Haz que traigan a mi hijo.
-Pero, mi señor, su madre...-El hilo de voz se debilito mientras pronunciaba estas ultimas palabras. El rey miraba sin cesar un anillo en su dedo corazon.-Si, mi señor.-Expulsar estos sonidos le llevo un terrible esfuerzo.
Cuando Bozo estaba junto a la puerta de la estancia, la cual le superaba dos veces o mas, su señor hablo con un tono mas calmado.
-Su madre esta muerta.-Parecia que lo habia dicho para si, y no para que Bozo se enterase. Este se quedo quieto en el umbral de la sala.¿Que debia hacer?¿Ofrecer consuelo a alguien que podria convertirlo en comida para los perros? Un tintineo metalico se escucho detras del arlequin. Estaba de espaldas a su señor, cuando algo le golpeo la bota izquierda con suavidad. Miro hacia abajo. Un anillo. Hermoso, como no podria ser de otra forma viniedo de un rey. Muchas leyendas afirmaban que los elfos se le entregaron cuando conocio a su mujer, y que en señal de agradecimiento, este les ofrecio un acuerdo de paz.
Bozo se libero de su distraida mente por un momento. Se dio la vuelta muy despacio. El rey estaba sentado como lo estaba cuando habia hablado con el hace unos instantes. Le observo un largo tiempo y advirtio que el lugar en el que tenia que debia estar su anillo habia marcas de quemaduras. El bufon se temio lo peor. Tembloroso, recogio el anillo que permanecia junto a su bota. Lo inspecciono con detenimiento, y pasado un rato se fijo en la inscripcion de su interior.
"Hasta que la muerte os separe--Tibianus III-Ondha I"
El payaso callo de rodillas. Unas lagrimas de demarraron por su mejilla.

Paso alli, quieto, llorando en silencio varias horas. Nadie se atrevia a transitar esa zona del palacio sin ser llamado por Bozo, quien siempre permanecia junto a su amo a menos de que este desease lo contrario. De un momento a otro, echo a correr a donde se suponia que deberia estar Ondha, la mujer de Tibianus..."Primer piso, luego a la izquierda y despues a la..."A Bozo le apetecia gritar, arañar las paredes, soltarle a alguien un buen puñetazo, pero no lo hizo. Cuando llego a la estancia de la reina solo encontro un cuerpo muerto. Y un bebe en una cestita, al lado de la cama de su madre. El payaso tomo la mano derecha de la mujer. En efecto, habia muerto. Y tampoco tenia su anillo. En cambio, donde este debia encontrarse, solo habia unas quemaduras. Tampoco tenia la diadema de diamantes, ni los colgantes que siempre lucian en su cuello.
El anillo del rey se encontraba en el bolsillo de su chaleco. Se levanto y echo un vistazo al bebe. Dormia apaciblemente. Ya se podia advertir que seria rubio. ¿Que haria ahora?Tenia cuarenta y siete años, pero se conservaba como un joven de dieciocho...Pero...pero...el solo sabia servir a su señor, dormir al pie de sus aposentos e intentar hacerlo reir...Ahora que no tenia señor¿Que seria de el?
En ese momento, Baxter, un guarda del castillo entro en la habiatacion, espada en mano.
-¡Bozo!-Se suponia que Bozo no podia estar alli. El militar echo un rapido vistazo a la sala.-Bozo...¿Que has hecho?
Este no contesto. No tuvo tiempo. Unos gritos que provenian de la garganta de una mujer resonaron por todo el primer piso. Baxter miro a Bozo, despues intento advertir el lugar de donde venia el ruido...Si, el sotano.
-¡No te muevas de aqui!-Exclamo. Y ek guardia echo a correr hacia las escaleras del sotano, acompañado por el tintineo de su armadura.
¿Quien era ese inepto para darle ordenes? Claro que se moveria. Tomo al pequeño y se encamino a la sala del difunto rey. Nadie le puso ningun impedimento. Bozo era alguien respetado. Entro en el salon del trono y se quedo helado. La puerta estaba abierta. Y el la habia cerrado. Lo habia hecho. Entro tembloroso en la sala, sabiendo que nadie se habria atrevido a entrar alli si no era llamado...Y el rey no estaba en condiciones de llamar a nadie.
O tal vez se equivocase.
Vio como el rey estaba mirando hacia el trono, y manipulaba algo sobre su respaldo de piedra. Entonces se dio la vuelta y les vio. Una inscripcion que antes no estaba alli lucia como si la hubiese escrito un experto artesano. Ando hacia ellos, y cuando estuvo frente a Bozo y su recien estranado hijo, se atraveso con su propia daga. Se desplomo suavemente sobre el suelo, como si no midiese dos metros y no estuviese recubierto por joyas. Bozo se desmayo. Pero antes de caer al suelo, dejo al bebe sobre este. Bozo era un hombre cuidadoso.

Pasaron los años y el niño crecio. Sin padres que lo cuidasen, Baxter y Bozo se encargaron de su educacion. Mientras uno le enseñaba todo lo que necesitaba saber para valerse en combate, el otro desarrollaba su intelecto y le enseño a leer y escribir. Muchos fueron los intentos de asesinato contra el futuro señor de Thais por parte de la nobleza para abrirse paso hasta el trono, pero ninguno funciono. La guardia del palacio cuido del heredero de una forma admirable. Muchos murieron mientras lo defendian, pero todos y cada uno de ellos estaban seguros de que el esfuerzo valdria la pena. Ese niño era la esperanza de Thais y de Tibia. Era el fragil hilo que separaba el caos y la corrupcion de el orden y la abundancia.
Hasta que el nuevo rey de Thais no fue coronado, la inquisicion goberno en su lugar, lo cual duro quince años. El dia de su ascension a rey, el unico hijo de Tibianus III tenia tan solo dieciseis años, y este dia fue obsequiado con un nombre. Nadie se habia atrevido a llamarle de otro modo que no fuese "Su alteza", pero ese dia todo cambiaria. El dia de la ceremonia de ascension, los elfos alli presentes tenian el derecho a elegir el nombre de su nuevo señor, tal y como estipulaba la tradicion.

Un elfo de rasgos hermosos subio las escaleras de la iglesia que conducian al altar. El niño se encontraba arrodillado frente al canciller de la inquisicion y su sequito, ademas del consejo real, entre los cuales se encontraban Bozo y Baxter, que no habian sido sustituidos por el simple hecho de no romper el protocolo. El elfo hablo. Sus palabras eran dulces, y resonaban en las mentes de todos y cada uno de los que alli se encontraban.
-A partir de ahora.-Anuncio-Seras conocido como Kelassen Di`ba Nubia.-Un murmullo general se adueño de la sala.
Bozo se dispuso a saltar de su silla, pero Baxter que se encontraba a su lado le agarro por el brazo lo mas fuerte que pudo. EL bufon se quedo sentado en su silla, pero la ira que se adueñaba de el era enorme.
-Que asi sea.- Acepto el canciller de la inquisicion desde el fondo de su capucha. Se decia que todos los altos rangos inquistoriales debian de ser ciegos, pero ellos se guiaban sin ayuda alguna, pues el poder de su dios era toda la orientacion que necesitaban.

La ceremonia fue breve, y cuando finalizo el rey de Tibia fue dirigido al salon del trono. El nunca habia estado alli, y solo le acompañaron Bozo y Jolius, el señor del santo oficio. El resto espero en el patio de palacio, donde fueron dados de comer.
El joven señor de todo lo que le rodeaba se encamino hacia su trono, seguido del arlequin y de el canciller. Cuando estuvo a un paso del trono lo observo con detenimiento. Este era enorme, se podrian haber sentado otros cuatro como el a la vez sin ningun tipo de inconveniente. En el respaldo habia unas palabras grabadas y una mancha de sangre que las cubria. El joven pudo leerlas a la perfeccion.

-Hoy en dia los heroes no se forjan en las batallas. Ya no recibiras gloria por tu espada. No seras agasajado por tu valia en combate. Tu nombre no sera una leyenda por salvar a la humanidad.
Hoy solo seras uno mas, y nunca, nunca lucharas por honor ni gloria.
Solo lucharas por sobrevivir, naceras para morir, y el fin sera tu mayor recompensa.-El payaso miro a el canciller. Este no dejaba ver su rostro ni daba muestras de sentimiento alguno.-Unas palabras deprimentes.¿No creeis?
-Pero ciertas, señor-Respondio el inquisidor desde la oscuridad de su manto.Kelassen meneo la cabeza a izquierda y derecha.
-Tiene razon, inquisidor. Y ahora-Anuncio mientras se sentaba en el enorme asiento-Dejame a solas con Bozo. Tiene mucho de lo que hablar.
-Señor, la multitud espera su discurso de investidura.-Apunto el hombre desde sus adentros.
-Al diablo con la investidura, Jolius.-El torturador sonrio. Aquel hombre prometia un gran futuro.
-Como deseis.-Acepto acatando la orden.
Bozo y su señor se quedaron solos en el enorme salon.
-Bozo, viejo amigo.¿Cuantos inviernos han presenciado tus ojos?
-Mas de los que vuestra memoria pueda alcanzar, mi señor.-Su amo rio.
-Bien, buena respuesta.¿No crees que seria hora de nombrar a tu sustituto?-Bozo palidecio.
-Mi señor, el gremio de arlequines...
-El gremio forma payasos, no personas que deban de ser adaptadas a la vida en palacio.
-Como gusteis, señor.-Bozo se dio la vuelta y salio con un aire deprimido de la habitacion. Aquello no le gustaba. Llego a su habiatacion y se sento en una silla, y callo dormido en un profundo sueño. Llevaba esperando aquel sueño toda su vida.

Bozo fue despertado por un guardian. Se levanto de un brinco y se subio a los reposabrazos de la silla, muy sobresaltado. Habia tenido una pesadilla. Terminaba muriendo...Mucha gente moria. Pero en un momento, un hombre se alzaba sobre los cadaveres que cubrian el suelo y masacraba a una horda de orcos el solo. ¿Seria aquel su rey?
-Bufon, Kelassen Di`ba Nubia I te llama.
El arlequin echo a correr, subio las escaleras que daban a la puerta de la sala en la que debia encontrarse su señor, y observo que la puerta estaba entreabierta, pero dejaba espacio suficiente para que alguien tan delgado y elastico como lo era Bozo entrase sin problemas. Aprovechando la velocidad que le habia dado subir las escaleras, entro deslizandose en la estancia, y sin mirar quien habia dentro llego dando volteretas de todo tipo hasta el asiento de su señor. Cuando noto que no podia dar otra sin chocarse con este, quedo arrodillado y con los brazos abiertos en muestra de sorpresa.
-¡Ta-Chan!-Exclamo. Sin moverse de donde se encontraba miro hacia los lados por el rabillo del ojo. Kelassen sen encontraba de pie en frente suya, reunido con dos señores de la inquisicion. Aquello no era bueno. Esas tunicas las vestian los torturadores y los interrogadores...Bozo no veia diferencia entre aquellos dos oficios.
Los inquisidores parecian observar al arlequin desde dentro de su capucha. Solo uno llevaba la cabeza descubierta, y era el unico que llevaba un cayado. El rey se acerco a Bozo aplaudiendo.
-¡Fantastico!¿Acaso no es sorprendente este bufon?¡sesenta y tres años y mirar que elastico se conserva!-Bozo seguia en la misma posicion.-Levanta, siervo-Ordeno el rey.
Los inquisidores volvieron a dirigirle la palabra a su amo.
-Este hombre-dijo el que portaba el baston-Fue la ultima persona que vio vivo al rey, y tambien se sabe que es la primera que vio muerta a vuestra madre.
-¿Eso lo acusa de asesino?-Pregunto Kelassen sin parar de mirar a Bozo.
-En un principio asi lo creimos, pero Baxter declaro a su favor, y no teniamos ninguna prueba de que el hubiese matado a vuestro padre, señor.
-Fabuloso.-Mintio el dueño de aquel lugar-Ahora retiraos. Arlequin, permace aqui.
Cuando el ultimo inquisidor cerro la puerta, Kelassen hablo con el bufon.
-Quiero que me cuentes todo lo que sabes sobre la muerte de mis progenitores-Ordeno sin mostrar sentimientos en su voz-Quiero conocer el pasado.
-Vuestro padre...-Bozo rebusco en un bolsillo que tenia en la parte trasera de sus mallas. Toco el anillo que Tibianus habia tenido en sus manos segundos antes de morir.-Murio pocas horas despues de tu nacimiento. Yo habia salido a avisar a la ciudad de vuestra llegada, y cuando volvi, mi señor se encontraba terriblemente furioso. Tras unas palabras sin sentido, me comunico que su mujer habia muerto.-El arlequin suspiro-Era imposible que lo supiera, pues antes que nadie yo me habria enterado. Cuando estaba a punto de morir, me ordeno que os llevase ante el. Llegue a la estancia en la que debian de estar las comadrona y vuestra madre, tan solo encontre a una mujer muerta y despojada de sus joyas. Baxter me encontro en ese momento, pero no pudo arrestarme, pues unos gritos parecian ser mas urgentes que yo. Mas tarde me explico que, al parecer, las comadronas habian robado todas las joyas de mi antigua reina, e intentaban huir por los subsuelos, pero se equivocaron de camino y una patrulla de orcos que pasaba por ahi las intercepto. El guarda termino con los orcos, pero ya era demasiado tarde. Mientras tanto, yo estaba cumpliendo la ultima orden de vuestro progenitor, asi que os lleve ante el. Cuando llegue a la habitacion, encontre a su padre en pie, grabando esas palabras sobre el trono-El payaso apunto hacia el respaldo con las inscripciones.-Despues, se clavo su daga de diamantes en su propio pecho. Y no recuerdo nada mas de aquel dia.
-Impresionante. Ahora, retirate.
-Como gusteis, mi señor.-El bufon ya habia llegado a la puerta.
-Y Bozo. Dame el anillo con el que has estado jugueteando todo el tiempo a mis espaldas.
El bufon le entrego la elegante joya.
-Ahora vete. Si te necesito, te hare llamar.